Resaca de vivir

Resaca de vivir

viernes, 27 de febrero de 2015

LA RESACA DE MI VIDA

Yo soy la que, ahora más que nunca, tiene miedo al boli y al papel, la que cada vez bebe más café, la que luego tiene que compensar el exceso de cafeína tirando de tila, la que adorando su trabajo es también capaz de odiarlo, la perpetua personalidad gélida que, sin embargo, se emociona hasta lo más hondo contemplando el rostro de un anciano.

Yo soy la que pone punto y final y acto seguido le acaba añadiendo dos puntos seguidos, la que no tiene ni idea de cuál es su sitio, la que quisiera tener fe pero me temo que no es lo mío, la que muere un poquito cada vez que piensa que un día te habrás ido.




Yo soy la que intenta ser normal pero me resulta aburrido, la que se siente tremendamente orgullosa de haber construido una amistad de este calibre contigo, la que sabe de sobra que lo que hoy es bonito en cualquier momento puede convertirse en algo dañino, la que adora la preciosa casualidad de haberte conocido.




Yo soy la que intenta tener disciplina pero en cuanto coge la toalla la tira, la romántica empedernida, la que lo mismo se lanza entusiasmada a la vida que se queda acurrucada con los tapones puestos en su guarida, la que lo mismo Tote King, que Ricardo Arjona, que Sabina, yo soy la que te mira cuando crees que nadie te mira.




Yo soy los sueños y anhelos que nunca salen de mí misma, los recuerdos al por mayor que atesora mi mochila, la que no sabe si quedarse o largarse, si ésta u otra vida, tan sumamente llena, tan vacía, tan sensible, tan endurecida, la que se deja llevar sin demasiadas expectativas mientras mastica un chicle de clorofila.





Yo soy la adicta al sol de invierno, la que disfruta desayunando pizza fría, la del "On the road" en el coche a toda pastilla, la que sueña con vivir miles de vidas distintas, la que se enamora cada día de algo, una mirada, una conversación, una frase, una sonrisa, yo soy la que se deja la piel en cada uno de los segundos que dura un ataque de risa.




Yo soy la que ríe por no llorar, la del "no me pienso quejar", la que le encanta gastar bromas y hacer reír, la del "vive y dejar vivir", la que da igual lo que haga que siempre vuelve a las andadas, la que aunque toque el cielo con la mismísima punta de los dedos siempre acaba de nuevo liada con el sinsentido, con el vacío, con el tedio, la que no puede evitar pensar que hagas lo que hagas, y vayas donde vayas, no importa el sitio, el final va a ser el mismo.




Yo soy alegre, entusiasta, apasionada, seria, grisácea, apagada, alérgica a la rutina por antonomasia, la que lo mismo se va de novia con la vida que le pone los cuernos con la desdicha, yo soy ridículamente idealista, la del arre unicornio, la del humor absurdo, la de la ironía, la de los sustos, la especializada en bromas de mal gusto.


Yo soy la que hoy lo pone todo en duda y mañana siente que ha dado con una verdad absoluta, la que todo empieza y nada acaba, la distraída, la despistada, la que le cuesta quedarse dormida pero luego no hay quien la devuelva a la vida, la que ha aprendido que perdonar es hacerse un favor a sí misma, la incorregible caprichosa, la siempre agradecida, la que saldría ahora mismo contigo huyendo despavorida.




Yo soy Los puentes de Madison, Eduardo manostijeras, Mar adentro, Tomates verdes fritos; Los lunes al sol, La vida secreta de las palabras, Si la cosa funciona, Un cuento chino; Spiderman, You're the one, Los chicos del coro, Gran Torino. Yo soy la que se olvida del mundo entero en una sala de cine con una bolsa de Crujitos.




Yo soy la que finge que nada le importa demasiado, la que le cuesta renunciar al pasado, la de las historias surrealistas, la del "estar sola contigo misma", la que aspira a vivir con la piel de gallina, la que no encuentra su colonia favorita, la de las bajadas, la de las subidas, la que te quiere pero ya no te necesita.





Yo soy la que desconoció gente que conocía, la que conoció muchas otras que desconocía, la que odia la palabra "aceptar" pero de sobra sabe que muchas veces no queda alternativa, la que no le importa la velocidad sino hacia dónde camina, la que colecciona errores de todos los colores, clases y categorías, la que prefiere calidad a cantidad, salvo si hablamos, lo admito, de comida.




Yo soy La vida sale al encuentro, Marcelino pan y vino, Museo de la soledad, La elegancia del erizo, el olor a crema de la cara de mi madre antes de que me haya dormido, la de los sentimientos desbocados, la de la memoria selectiva, la poseedora del lujazo de seguir creciendo con mis amigas de toda la vida.




Yo soy más lo que callo que lo que digo, la que se empeña en encontrar en todo algo bonito, la que sonríe sólo por no estar muerta, la amante de las locuras, la precavida, la que es mitad adulta mitad niña, yo soy Isa, defensora de causas perdidas, Cuki, Sister, Soma; Bebi, Itsuki, Moff, Fofa; Nurse Jackie, Isabelita y otras miles de tonterías que a mí me dan la vida.




Yo soy un amasijo de pasiones, una dramática sentimentaloide, una perenne duda no resuelta, una contradicción eterna, una interrogación con disfraz de exclamación, una coraza, un caparazón, un ser insignificante, vulgar, simplón, un ser humano que sólo busca como tantos buena compañía, pillar una copa en esta fiesta, encontrar un refugio donde defenderse de esta guerra.




Yo soy lo vivido y lo que está por llegar, lo pasado y lo que tenga que pasar, lo que la vida me vaya haciendo, todo cuanto me vaya sucediendo, lo que yo proponga pero Dios disponga, lo que la vida haga y deshaga a sus anchas, las alegrías, las decepciones, las experiencias, las lecciones, las personas que están, las que estuvieron, las que sin estar nunca se fueron, todos y cada uno de mis pensamientos, emociones y sentimientos.





Yo soy el movimiento de las olas del mar en retroceso, el malestar de quien ha bebido en exceso, la consecuencia que siempre dejan los acontecimientos, el poso de mis recuerdos, yo soy el trofeo de saberse sorprendida, superada, confundida, pero milagrosamente viva, yo soy lo que la vida me da, lo que la vida me quita, el préstamo en forma de días.

Yo soy, en definitiva, la resaca de estar viva.