Resaca de vivir

Resaca de vivir

jueves, 1 de mayo de 2014

MOMENTO CAFÉ


Terminada la comida, Dolores y Fina se dan cita, siempre a la misma hora y en el mismo lugar.
Una máquina de café, otra de dulces envasados, una sola silla para Dolores ya que Fina la lleva de serie, y muy poco ya que decirse, conforman este escenario tan simple.

Se conocen de toda la vida, aunque tampoco es que sean íntimas; mismo pueblo, una vivía dos calles más arriba, sus hermanas eran muy amigas, edad similar, y muchos años después, caprichos de la vida, aquí han venido las dos a parar.
Una con artritis reumatoide como diagnóstico principal, la otra con un cáncer de colon que ha acabado haciéndole necesitar una colostomía para defecar. El paso del tiempo y el cuerpo que, como ya nos es sabido, son eternos enemigos...

Su momento café, que se acaba convirtiendo a pesar de las recomendaciones médicas en café más pastel, es para ellas todo un ritual. Ya poco tienen a su alcance para disfrutar y este capricho no se lo piensan quitar.
Una vez se sientan en su privilegiada primera fila, dan la espalda al mundo y se entregan al placer de deglutir y sorber.
A veces intentan mantener una conversación, pero suele resultar complicado. Dolores tiene dificultad para expresarse con claridad y Fina problemas de audición. Entre eso y sus respectivas ausencias de novedad alguna, el silencio acaba siendo la mejor opción.
Unos días paga una, otros días la otra, y si pasas cerca, siempre se ofrecen a invitarte: "tómate algo graciosa, lo que te apetezca, un dulce, una coca-cola..."

La escena, por más que la intente engalanar, no tiene más. Y, sin embargo, a mí me invita a observarla, a capturarla con la cámara, a dedicarle unas palabras, a exprimirla a ver qué pasa.

Veo entonces dos pasados mejores que quedaron definitivamente atrás, dos cuerpos transformados de un modo macabro, dos personitas insignificantes y pequeñitas vestidas de resignación.
Siento la extraña conexión de dos personas a través de una taza de café, la necesidad ancestral de tener un cuerpo que late al lado con el que compartir algo, percibo el silencio creado entre ellas como mágico.
Veo dos puñados de ilusiones y expectativas probablemente truncadas, habitando un lugar que de seguro no es para ellas el ideal, pero extrañamente serenas estando donde están, aceptando lo que hay, ya sin anhelar ni esperar mucho más.
Dos personas que se regalan la una a la otra su tiempo, un tiempo a todas luces de descuento, que comparten un café, un ratito de silencio, que se acompañan en el de antemano fallido intento de desprenderse de su inherente cuota de soledad, intransferible y particular.
Veo dos personas que charlan sin palabras, que están ahí simplemente, que no se tocan pero se sienten, que tratan de llevar la vida como buenamente pueden.
Dos personas que, como lo hacemos todas, tratan de buscarse sus mañas para darle un poco de color, de alegría, de sabor, a esta vida que les ofrece ya tan pocas opciones de diversión.

Veo, en definitiva, un poquito más allá. Escruto, disecciono y analizo el gesto más nimio y descubro cómo un café de máquina y una chocolatina envasada se convierten para ellas en una especie de flotador, en unos gramos de ilusión, en un verdadero bastón, en una excusa para sentarse a ver pasar la vida juntas...

Y, a veces, aunque no debiera, observo divertida como una de ellas saca una botella de anís escondida en su bolso de ganchillo y se alegran así un poquito más el café y la vida, y de paso, con ese pícaro gesto, con su "ssshhh no se lo digas a nadie" y mi "tranquilas que yo no lo cuento", consiguen alegrarme a mí también un poquito el día.

5 comentarios:

  1. Bueno aqui es donde encaja aquello de" no es mas filiz quien mas tiene sino quien con menos se conforma" para nosotras esta lejos pero yo solo le pido a Dios que llegado el momento tenga a alguien para tomarme un cafe. Asi es la vida...

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  2. ¡Hola!
    Ese refrán, desde luego, encaja aquí a la perfección y encierra mucha razón.
    Yo también pido poco más: una persona a mi lado, si pueden ser varias mejor, para compartir un café, una conversación,o un rato de silencio.
    Gracias por tu lectura y por dejar tu opinión y huella :)
    ¡Un beso!

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  3. Mi queridisima Isa, yo también he vivido esa escena
    muchas veces con ellas... Y me encanta como lo
    cuentas, porque es la pura verdad !!! Jajaaa...
    Precioso, me encanta... (y) Besotes Wapaaa...

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  4. Mi queridisima Isa, yo también he vivido esa escena
    muchas veces con ellas... Y me encanta como lo
    cuentas, porque es la pura verdad !!! Jajaaa...
    Precioso, me encanta... (y) Besotes Wapaaa...

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    Respuestas
    1. Jejeje Ya te digo Santi, cuántas veces lo hemos presenciado eh? Pequeñitos momentos del día a día que si nos paramos un poquito a valorar,están cargados de magia :)
      Un beso guapa y gracias por dejar siempre tu huella!

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