Se llama Virginia y básicamente cree que el muñeco que tiene entre las manos es su hijo.
Le da el biberón, lo tapa, comenta con la gente "lo guapo que le ha salido su crío".
No me canso de contemplar la escena, mezcla de tristeza desgarradora y ternura casi insoportable, y entonces pienso que quizá la Navidad tenga que ver con eso, con un gesto que consigue removerte las entrañas entre tanto ruido, vanidad, engalanamiento y tontería.
Creo que te urge leer la maravillosa novela corta de Phillip Claudel "La nieta del señor Linh". Un saludo y sigue con el blog, por favor!
ResponderEliminarIgnacio, médico, de Bilbao
Hola Ignacio! He buscado por internet la sinópsis del libro que me recomiendas y sí, suena muy bien, tomo nota! gracias por la recomendación!
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme y por tu comentario, seguiremos narrando pequeñas anécdotas del día a día, espero verte por aquí =)